Hoy he podido ver el último episodio de Glee, ese en el que va a «Nationals» en NYC. Obviamente si no lo has visto no sigas leyendo porque voy a destripar todo.
Nos enfrentamos al útimo capítulo de la desastrosa segunda temporada de Glee, donde más que una serie musical sobre talento y voz se ha convertido en un escaparate para los artistas del momento o para las viejas glorias que quieren ser recordadas. A mí me encanta Glee y he de reconocer que esta segunda temporada me ha entretenido, pero ha dado un bajón espectacular. No solo en guión y trama, que si antes ya casi no tenía imagináos ahora…, sino en lo referente a la banda sonora. Abuso de autotune, coros casi inexistentes, canciones poco originales y poco trabajadas y, esto ya es personal, la casi inexistente presencia de la increíble voz de Mrs. Lea Michele.
La cosa mejoró con el capítulo de más de una hora de duración, el de Born This Way, donde, lejos de ser por esta canción (volvemos a lo escaparatista que se ha vuelto Glee, sobre todo para Lady Gaga que ya ha aparecido 2 veces) las tramas se agitaron y despertaron y dieron lugar a una especie de plot point intenso de la serie que nos dio esperanzas súbitas.
Desde ese capítulo la serie ha mejorado enormemente, ¿problema? que solo hay 2 capítulos más hasta el último así que la alegría nos ha durado poco. De todas formas este capítulo, aunque sosuno y bastante menos espectacular que el de la temporada 1, ha estado muy bien y ahora os explicaré el por qué (MÍ por qué). Allá va.
Este capítulo trata del viaje de Glee Club a Nueva York. Ahí todos, pero sobre todo mi querida Rachel, quedan extasiados por la cultura musical de la ciudad, por su grandeza y por su romanticismo. Obviamente me he sentido identificado con esto. Así, Rachel, junto al único compañero que le podía entender, Kurt, protagoniza un momentazo musical en el capítulo: el solo en el escenario REAL de Wicked, el musical. Esto ha sido un gran punto a favor, porque la serie ha perdido en esta temporada algo que me enganchó desde el primer capítulo allá por el 2009: su aroma a Broadway. Se ha dejado llevar por éxitos del momento olvidándose de la intención con la que comenzó. Echaba de menos ese aroma cutre pero lleno de glamour que tiene el musical clásico. Gracias por recuperarlo.
Otro momento épico hecho para mí: la cita de Rachel y Phinn. Ese guiño que han dedicado a la comedia americana de los 80/90 me ha tocado hondo. Ha sido taaan grande ver ese puente de Central Park que en tantas películas hemos visto… los diálogos, las actuaciones (genial Phinn), la ropa, la orquesta final… me ha encantado.
El show en sí… MEEEEC! ERROR. No me ha gustado. Ha sido taan soso. Ninguna de las canciones mereía haber pasado ni el concurso de regionales. ¿Dónde queda el Bohemian Rhapsody? ¿Dónde queda el Don’t Stop Believing? En la basura, porque en este capítulo final no se han esforzado nada en hacer algo wow.
Otra cosa que no me han convencido han sido las cancione soriginales, demasiado actuales… quizás es el nuevo tono de Glee pero todavía sigo estancado en ese tono broadwaiano que he dicho antes. Esperaba temas más clasicos.
En resumen, ha estado muy bien, superando a casi toda la 2º temporada, pero nada que ver con ese último de la 1º temporada. Ah, sí! Y Darren Criss… que no lo quiten de la serie anda, que ha salvado toda esta season y a muchos que conozco les daría un patatús 😀