Ayer fue el festival de Viña del Mar (Chile) y Anahí actuó en él.
Según parece, la crítica la ha aprobado aunque no le han gustado algunos detalles. A continuación voy a dar mi opinión más objetiva sobre el miniconcierto que la mexicana ofreció.
Para comenzar, todo hay que decirlo: su single «Mi Delirio» no lo ha bordado, mostrando la dificultad que esta canción muestra en directo. Al delirio pasamos a la salvación recordando el tema que más ha representado al nombre de la artísta: «Sálvame». Es cierto que la hizo mejor en otras ocasiones aunque, todo hay que decirlo, el remix fue espectacular y la parada a la banda con un gesto de mano me dejó sin habla.
Un buen gesto hacia sus compañeros de RBD fue cantar ese medley para hacerles «estar» ahí con ella cumpliendo el sueño que los 6 habían tenido. Se notaba que en varias canciones ella hacía, originariamente, otra voz que no era la principal; esto se mostraba en sus dificultades en algunas partes del medley porque no llegaba, pero su profesionalidad sobre el escenario hace que ni te des cuenta.
El problema llegaba con la actuación de cierre. Habíamos oído que había sido polémica y estábamos asustados. ¿Qué haría? Las apuestas circulaban por la conversación: «le abuchearán y ella les mandará a la mierda», otro: «saldrá con ropa muy provocativa»… pero nada, que ni nos acercamos.
No voy a destriparos la actuación, debéis verla. Lo que diré es que su directo fue de 10, su actitud de 11 y el resto… ni tiene nota. Increíble, formidable. Con gusto, con control (es muy fácil caer en lo facilón, como alguna artista internacional, y fastidiarlo todo con el morbo sensacionalista de la polémica) y con sentido. Buah, Anahí, te has lucido. Porque puedes.
10/10.
eFarándula 